Subida al monte Abantos por la cresta de Abantos

Durante el intenso mes de septiembre tuve la suerte y el tiempo de poder patear la sierra de Guadarrama en toda su magnitud y dentro de esta serie de excursiones no podía faltar el monte Abantos, famoso pico de 1753 metros de altura donde justo en la base se encuentra el monasterio de El Escorial. Nosotros partimos desde lo más abajo del pueblo, en la estación de tren dispuestos a hacer una ruta corta pero intensa.

El plan era llegar hasta el embalse del Romeral y desde ahí partir por la cresta que llega hasta la caseta de vigilancia de incendios. La ruta era prácticamente campo a través, a la aventura, lo cual no pudo ser más divertido jeje.


Subiendo por una placa durante los primeros compases de la ruta.



Ya en plena cresta es cuando comienza la verdadera diversión, teniendo que estar todo el rato trepando o destrepando.


Al ser un día de diario y una ruta muy poco conocida hizo que durante un largo tiempo del camino fuesen las vacas a los únicos mamíferos que avistásemos.


Una vez pasada la caseta forestal comienza a aparecer la gente, que como hacen las personas cuerdas y no como nosotros ;) iban por el camino del GR marcado.



Y cima!! La subida la hicimos a un ritmo fuertecillo así que en poco más de dos horas ya habíamos llegado. Ahora tocaba descansar y disfrutar del paisaje, con la pedriza y la maliciosa al fondo.



Tras un tentempié en la cima decidimos bajar por el GR pero con pequeñas variantes para pasar por sitios casi desconocidos, como estas agujas que custodian el pico.


La tentación era demasiado grande como para no subir :)


Algunas realmente estrechas sin casi sitio para sentarse jeje.



Ya de vuelta disfrutamos más de sitios como el arboreto de Ángel Ceballos o el mirador a el embalse del Romeral, bastante justo de agua tras el duro verano.


El resto de ruta es un auténtico paseo, con ligera pendiente de bajada, camino asfaltado que dejaron descansar un poco a los pies tras tanto terreno técnico. La sombra de los pinos centenarios supuso ya el culmen de la relajación.
Por fin llegamos de nuevo a la estación donde comemos tranquilamente y pillamos el tren donde nos quedamos fritos casi antes de que arrancara jaja. Y así terminamos con otra pequeña aventura por la sierra de Guadarrama, que sin duda guarda grandes secretos para quien sabe buscarlos. Hasta la próxima!

Consejos para la ruta:
Si es verano llevaos bien de agua, porque si bien la ruta es corta, cuando el calor atiza no hay que descuidarse.
Os recomiendo unas zapatillas o botas con suela marcada y que agarren bien si vais por la cresta ya que no sufriréis por la inseguridad del agarre.
Para los que vayan en transporte público y quieran echar todo el día existe opción de hacer una ruta lineal bajando luego hacia la estación de tren de Santa María de la Alameda. La bajada es larga pero suave, y si vais en epoca de lluvias disfrutareis al máximo del rio Aceña y sus afluentes.

Comentarios