Ascension al Garmo Negro

Buenas tardes de lunes compañeros! Hoy os contaré mi historia del viaje express que hice hace ya dos meses al Pirineo Aragonés. Un viaje intensísimo, estuvimos apenas dos noches pero solo por el sitio ya merecía la pena. Era además mi primer viaje con el grupo de montaña de la universidad y tenía unas ganas terribles de conocer a la gente y ver si estaban tan locos como yo :)

Salimos el viernes a las 5 de la tarde de Madrid, nos esperaba un largo trayecto pero lo amenizamos mucho charlando y escuchando un poco de Jimmy Hendrix y Kasabian. Finalmente llegamos a eso de las 11 a Baños de Panticosa, un lugar pintoresco como pocos; por un lado está la zona del balneario y sus hoteles de cuatro estrellas de puro lujo, y por otro lado está el lado más rural, donde se encontraba el refugio donde dormiríamos. Así que nada más llegar cenamos y nos acostamos lo más rápido que pudimos porque al día siguiente nos esperaba el madrugón padre.

A las 6:45 suena el despertador tras una noche en la que a pesar del calorcito de las habitaciones y las camas, no dormí muy bien. Pero eso ya da igual porque la ilusión no me la quita nadie así que desayunamos y salimos pitando para el Garmo Negro, un tresmil bastante asequible en un día pero la paliza no te la pega nadie. Apenas son 6 km de subida pero los 1400 metros de desnivel se hacen durillos en varias ocasiones. Se nota además que ya es terreno de alta montaña con numerosos canchales y crestas majestuosas.




El garmo negro, al fondo del todo e iluminado... tan cerca y tan lejos.





Una vez dejado atrás la vegetación comienzan los canchales, tambíen conocido como territorio tuerce tobillos. Ya en la lejanía comienzan a vislumbrarse picos como el Vignemale.


Después de un tramo más técnico llegamos a un falso collado donde nos espera una minuscula laguna practicamente congelada. Se nota que ya es otoño y el calor va perdiéndose con el paso de los días.



Ya solo queda un último repecho, bastante escarpado; en el que no queda otra que tirar de donde se pueda hasta llegar a lo alto.


Pero una vez arriba todo merece la pena y al fin puedes ver el macizo de los infiernos que había estado escondido todo este tiempo. También se ve en la distancia el Balaitús.


Pocos picos hay que puedan presumir de estas panorámicas...


El pico Argualas, con sus escarpadas laderas.


De izquierda a derecha: Midi D`Ossau, Balaitús, Picos del infierno, Vignemale, La munia, Monte Perdido (macizo de las tres sorores).



Y el mar de nubes entrando por Francia ya culminaban la sensación de estar en un cuadro expresionista.





El espesor del hielo era bastante considerable jeje.


Al día siguiente, a pesar del cansancio acumulado, decidimos aprovechar a escalar a la zona de Escarrilla. Ahí tuve la oportunidad de realizar una de las escaladas más bizarras de mi vida: una vía equipada por encima de un cortado de carretera, con agarres rarísimos en los huecos donde se colocaba la dinamita. Una zona muy recomendada para los que se están iniciando a la escalada con vias de III y III+ muy fáciles y disfrutonas. Tambíen hay una vía ferrata y una vía cordata.



Tras un rato de calentamiento nos fuimos a paredes que  ofrecían más reto. Este sector contaba con numerosos sextos grados, aunque solo para llegar a ellos tuvimos que hacer una buena trepada entre arbustos... muy a nuestro estilo.


Y eso fue todo, un viaje muy recomendable para pasar varios días y disfrutar alejado de las grandes ciudades. Nos hizo un frío terrible pero el sol radiante alimentaba el buenrollismo a niveles insospechados. Espero que os haya gustado este breve relato y nos vemos en la próxima!

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