Subida al Yelmo desde Manzanares el Real

Hola a todos! En el día de hoy os contaré la subida a uno de los picos que le tengo más aprecio: el Yelmo. Fue aquí mismo cuando hace 6 años comencé a amar la montaña tras hacer vivac en la pradera del Yelmo y escalando al día siguiente. Sé que para muchos esta experiencia ya la tendréis muy vista pero para mí era la primera vez que me adentraba a este mundo de manera tan profunda.

Así que con las mismas ganas que cuando tenía 12 años preparé la mochila y puse rumbo a Manzanares el real donde habíamos quedado los amigos. Tras estar un ratín esperando a que todos llegáramos y comprar la comida del día comenzamos a andar sobre las 9:30. Después de un rato llegamos a la Pedriza propiamente dicha  ya que el bus nos había dejado en la parte baja del pueblo teniendo nosotros que recorrerlo entero. La subidita fue intensa, más que nada por el ritmo que llevábamos, se notaba que estábamos entrenados jeje. Hicimos una pequeña parada en el caracol. Una piedra muy singular que por su nombre ya habréis podido averiguar a qué forma se asemeja.


Llegando al collado de la cueva a unos 1120 metros de altura.


Los primeros kilómetros no destacaron por su pendiente pero a pesar de todo ya se reconocía el paisaje con bastante claridad.


Siempre que voy a la pedriza me acuerdo de esas primeras excursiones y de cómo me quedaba fascinado por los deslumbrantes paisajes. A día de hoy la pasión sigue intacta pero la verdad es que con paisajes como éstos es difícil no alucinarse.


Las cabras montesas de vez en cuando asomaban la cabeza reluciendo así sus portentosos cuernos.


Tras una parte en la que el PR nos hizo tirar bien de pierna avistamos el yelmo, sin duda el pico más emblemático de la Pedriza y amado por escaladores y excursionistas que todas las semanas atacan la cumbre.


Nosotros no obstante no íbamos a ser menos y fuimos directos hacia la cara Este de esta gran mole. Tras un rato esperando debido a la gran cantidad de gente nos disponemos a subir por la gran chimenea, una trepada de II grado que si bien es fácil puede ser tedioso subir debido a la estrechez de la grieta.


Y cima!! El estar encima de una de las moles de granito más grandes de Europa no tiene desperdicio alguno y da la sensación de navegar por un mar de piedra.



Antes de volver a bajar aprovechamos para dar una vuelta por la cima y explorar sus rincones, algunos realmente sorprendentes...



Ya eran las 13:30 y el cuerpo estaba pidiendo un descansito tras toda la subida así que una vez bajado a la pradera nos disponemos a comer con vistas a esta grandilocuente pared.


Y sin más dilación nos ponemos a bajar por la senda que te lleva a la orilla del Manzanares a la altura del Tranco. Poco a poco vamos dejando los colosos de piedra atrás conservando en nuestras mentes el bonito recuerdo de sus formas. Cuando llegamos al Manzanares aprovechamos para descansar a la vera del río que la bajada había sido de todo menos llana. Ya solo quedaba volver al centro del pueblo por una acera muy cómoda y esperar al bus de vuelta a casa. Una ruta maravillosa (de unos 13 km) acompañado de los mejores compañeros que culmina un sábado de los que molan. Un abrazo y hasta la próxima!

Comentarios