Buenos días a todos! Tras un mes intenso para comenzar bien el año me he puesto de nuevo con las escrituras de mis andanzas que tanto añoraba hacer. En esta ocasión tengo preparada una ruta que tenía muchas ganas de hacer desde que subí al Cancho Mediano allá por septiembre y viese en la lejanía esa sierra desconocida que rascaba el cielo con sus cuchillos de pizarra y granitos de plegamiento. Es entonces cuando empecé a indagar en esta misteriosa sierra hasta descubrir que poseía numerosos picos de 1800 metros y un valle regado por el río de la puebla que dotan a este paisaje de una gran belleza. Pero lo que más destaca de esta parte del Sistema Central es su soledad y aislamiento del resto de comunidades. De hecho la mayor parte de esta sierra se encuentra en territorio Madrileño pero cuando pasas por los pueblos que la circundan te da una sensación de tradicionalidad y tranquilidad ya perdida en otros pueblos de montaña más cercanos a la urbe.
El tiempo no pintaba muy bien, además nos habíamos llevado el chasco pensando que iba nevar cuando al final no llegó a cuajar pero la decisión estaba tomada y lo que tocaba era olvidarse del tiempo y centrarse en el inmediato presente. Cuando llegamos al puerto había bastante niebla lo cual dificultaba un poco la orientación pero para alguien que tenía bastante mono era otro reto más en el trayecto a la cima.
Los árboles desaparecían y aparecían entre la niebla e igualmente pasaba lo mismo con el camino bajo nuestros pies. Ya solo faltaban rocas con formas sospechosas para crear un ambiente totalmente embrujado...
Poco antes de llegar a la cima tocó subir una pendiente bastante fuerte, lo cual rompía con lo que había sido hasta ese momento un camino suave y por bastantes pradera. Tuvimos también la oportunidad de pisar ligeramente la nieve en algún punto rondando los 1800 metros, lo cual fue una grata sorpresa para nosotros.
Una vez alcanzado la cima de la Peña de la Cabra (1831m) nos adentramos en el profundo pinar que cubre la ladera de estas montañas para dirigirnos a la Peña del Águila.
Ya subiendo hacia la Peña del Águila íbamos encontrando paredes de una magnitud grandiosa que se alejaban a nuestros ojos.
Algo maravilloso de esta sierra es lo tranquilo que puedes ir por lo alto de la cuerda pero tener a tu lado tajos de más de 30 metros de altura, como si la montaña se partiese por obra divina.
Una vez subida la Peña del Águila nos dirigimos de nuevo hacía el coche para hacer así un total de casi 13 km (para aquellos interesados os dejo el link a la ruta que hicimos en Wikiloc: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pena-de-la-cabra-pena-del-aguila-puerto-de-la-puebla-22277854) que por desgracia no pudimos apreciar en toda su belleza debido a la niebla, como ya dije en su momento no estamos teniendo buena racha este invierno con el tiempo pero a pesar de todo nos quedamos con un buen sabor de boca y ganas de volver a esta sierra en el futuro...
Y con esto terminamos las rutas del 2017, un gran año lleno de buenos recuerdos... y lleno de ideas para el 2018 que hemos empezado a tope y espero contaros en detalle en las próximas entradas! Un saludo!
¡Repetiremos con tiempo despejado!
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