Trail por la Sierra del Hoyo: El estepar y Canto Hastial

Un tiempo ha pasado ya desde la última escritura por estos lares pero tras un breve periodo de exámenes vuelvo con algunos artículos del mes pasado y otros casi recién hechos de mis aventuras. Durante el mes de febrero me llevé grandísimas alegrías cuando vi que no paraba de nevar en la sierra de Guadarrama. Había caído más de un metro y ya había acumulados dos metros en las partes más altas de la Sierra. Pero poco íbamos a disfrutar si las nubes no se iban tímidamente algún día. Tras una semana de fuertes nevadas en la que llegó incluso a nevar en Madrid ciudad estaba frotándome las manos por ver que tiempo deparaba para el fin de semana. 

Finalmente parecía que el viernes iba a haber una ventana de buen tiempo para aprovechar así que nada más salir de clase pillé la mochila y fui directo hacía Hoyo de Manzanares donde justo se encuentra la Sierra del Hoyo. Se trata de una pequeña sierra de bloques graníticos cuyo punto más alto es el conocido como El Estepar (1403 m). Aquel día tenía más ganas de correr que de andar por lo que fui con la mochila de trail, el camelback y una buena dosis de dátiles y otros manjares para realizar una ruta de unos 18 km.
El día pintaba genial, algunas nubes pero bastante soleado y una temperatura perfecta para correr. Nos obstante la nieve hizo fuerte acto de presencia a pesar de rondar por bajas altitudes y hubo que aplicar en algunos puntos la experiencia aprendida en el campeonato de España de Snowrunning del cual ya realicé un artículo que os dejo por aquí


La subida al principio fue bastante soleada y en algún momento hubo que quitarse las capas pero poco tardé en volver a la normalidad tras superar la peña del Búho. A partir de ese momento la nieve me acompaño durante todo el camino hasta bajar a Moralzarzal.


Después de haber pasado por un espeso encinar llegué a una pradera cubierta del manto blanco desde el cual ya se divisaba el alto del Estepar con su cruz en la cima del promontorio rocoso.


Las vistas de esta sierra son simplemente sublimes y más tras la copiosa nevada que tanto deseábamos los montañeros y los arroyos. El entorno estaba muy solitario y magnificaba esa maravillosa sensación de libertad que tanto añoraba. Al fondo se encuentra ni más ni menos que el Cerro de San Pedro que emerge de la llanura como un oasis de nieve.



Para el otro lado podemos avistar el monte Abantos entre otras cimas de la Sierra del Oeste madrileño.


Pero sin duda lo que hace especial este lugar son sus magníficas vistas de toda la Sierra de Guadarrama: desde Siete Picos hasta la Najarra.



Una vez hecho cumbre el camino seguía por la cara norte que estaba con bastante nieve todavía a pesar de que la nevada fue hace ya una semana. Poco a poco volvimos a meternos en la densa vegetación con Jaras pringosas que en ocasiones rozaban los 2.5 metros haciendo que pareciese una auténtica jungla.



Al cabo de unos 2 kilómetros el paisaje se vuelve más herbáceo y la vegetación va dejando lugar a un mar de rocas típicas del ambiente pedricero. Después de una ligera subida llegamos al Canto Hastial, la segunda cumbre más importante de la sierra y que también recibe el nombre de la Peña del Águila debido a su forma sugerente vista desde Collado Villalba.



El mítico Pico de la Maliciosa rozando las nubes...



Tras esta última cima ya "solo" quedaba bajar y lo escribo entre comillas porque lo que parecía una senda al final se convirtió en una bajada campo a través con una vegetación que tenía más ganas de pincharte que de hacer la fotosíntesis...



Los buitres fueron una constante durante todo el viaje e incluso en alguna ocasión me impresionaron con sus vuelos cerca del suelo.



La magia del invierno trajo consigo algunas formaciones muy difíciles de formar a estas alturas, ya casi por debajo de los 1100 metros.


A posteriori de la bajada fui en dirección a Collado Villalba no sin antes pasar por Moralzarzal. Ya llevaba recorridos unos 15 km y las piernas lo notaban, pero nada más tomarme un gel y unos dátiles volví a mi persona para llegar hasta la estación de Tren. Este tramo fue más llano y un poco más monótono aunque tuve la hermosa oportunidad de ver una Lavandera Boyera por primera vez en mi vida y admirar la belleza de este pájaro tan peculiar.
Con esto y una breve carrera por el pueblo y alrededores di por terminada la sesión larga, buenas sensaciones y grandes descubrimientos para salir a correr o andar en el futuro... nos vemos en la próxima!!



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