Pico del Cielo (1508 m) y acantilados de Maro

La Semana Santa es un gran periodo para descansar y ver alguna que otra procesión, generalmente eso es lo que la gente hace pero ya sabéis que nosotros no somos mucho de seguir las propuestas populares. Es por eso que planeamos un viaje a, ahora que ya he estado puedo decirlo, una de las sierras más mágicas que he visitado hasta ahora. Se trata ni más ni menos de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. Es una sierra que llega a los dosmil metros en su parte más alta (La Maroma llega a los 2069 m) y que sobre todo destaca por su cercanía al mar, de hecho se podría decir que ya nada más salir del agua emergen las montañas una tras otra. Este enorme desnivel en tan pocos kilómetros ha generado un paisaje abrupto repleto de barrancos angostos y picos vertiginosos.
Nosotros decidimos subir a uno de estos grandes Picos que representan la imagen de la Sierra y finalmente nos decantamos por uno de los más clásicos del lugar: el Pico del Cielo. Este pico no es el más alto de la sierra pero tiene una particularidad muy especial y es que está muy cerca del mar, y cuando digo muy cerca hablamos de que la cumbre esta a tan sólo 5.8 km del mar lo cual es asombroso. De hecho, este pico es la montaña de más de 1500 metros más cercana al mar de toda la península.

Pero basta ya de datos que toca ponerse a la acción. Ya desde el pueblo de Nerja (donde nos alojamos estos tres días) se ve perfectamente la enorme mole a la que nos íbamos a afrontar. La montaña está muy cerca de Nerja pero decidimos acercarnos un poco con el coche para afrontar la subida desde la verdadera base de la montaña. Pronto nos quedamos verdaderamente impresionados por la gran vegetación arbórea de ésta zona a pesar de no ser una zona particularmente lluviosa. Una vez aparcado el coche nos ponemos en marcha por una pista forestal muy cómoda. No obstante fuimos durante el camino con un compañero bastante rudo e inclemente que era el viento. Cuando alguien piensa en viento generalmente se imagina esa brisa agradable que te refresca cuando hace calor pero en la montaña se puede convertir en un verdadero obstáculo para avanzar con normalidad.


La pista hacía muchas zetas que la hacían bastante larga pero siempre suele salir una senda marcada que va más recto hacia arriba.




Pronto pasamos un pequeño collado desde el cual ya pudimos visualizar nuestro objetivo que posaba imponente con los rayos de la mañana. Todavía quedaban unos 900 metros de desnivel así que poco tardamos en continuar nuestro camino.




Seguimos subiendo por el camino hasta llegar a unas construcciones abandonadas, es entonces cuando nos desviamos por una pequeña senda que sube con pendiente por la sinuosa ladera.


Ya los Pinos carrascos se iban quedando atrás a medida que subíamos y nos quedamos con vegetación arbustiva y alguna sabina negral en las alturas.


Con el bosque abajo podemos disfrutar de las hermosas panorámicas que nos va ofreciendo la montaña.


De vez en cuando había que echar un vistazo hacia atrás y admirar los titánicos picos que forman esta sierra (a la derecha se sitúa el Almendrón de 1513 metros denominado así por su peculiar forma)


Ya llevábamos varias horas cuando llegamos al gran collado que nos permitía por primera vez el paisaje al otro lado, pudiéndose ver al fondo la Sierra de Lújar. Más a la izquierda se encuentra el cerro Cabeza del Caballo que se encuentra custodiado por un estrecho cañon.


La cima, cada vez más imponente, nos estaba esperando con un viento en la cima muy poco apetecible...








El desnivel acumulado ya era notable y casi ni se apreciaba de dónde habíamos comenzado la ruta. Las nubes estaban casi rozando el pico del Cielo haciendo honor así a su nombre.


El tramo final es el que más pendiente tiene y con el viento se hacía casi el doble complicado así que tocaba ir tranquilo y descansar cada poco tiempo.


Los cañones y barrancos son un habitual de esta sierra que en alguna ocasión me ha llegado a recordar incluso a los Alpes Julianos en una versión más mediterránea.



Ultimos metros para llegar a la cumbre... ya casi está. Al fondo ya se vislumbra el Navachica con sus 1831 metros.


Y cima!! El viento arriba es terrible así que toca hacer rápido las fotos y sentarse en algún lugar más refugiado para descansar.


El mar ofrecía un paisaje único  que mucho tardaremos en olvidar...







Tras un ratejo en la cima nos pusimos en marcha para bajar por el mismo camino que la ida. El viento seguía haciendo de las suyas pero ya en mitad de la bajada se fue relajando el ambiente un poco.






La bajada se hizo larga pero pudimos irnos fijando en los montes de alrededor que no habíamos disfrutado tanto en la subida. Finalmente nos adentramos de nuevo en el denso bosque y de nuevo en el camino ancho que ya seguiríamos hasta el coche. La ruta total nos salió unos 14 km con 1050 metros de desnivel, una gran manera de empezar nuestras andanzas por esta sierra.


Posteriormente nos dirigimos a los acantilados de Maro, más concretamente a la playa de los Cañuelos. El cansancio hacia bastante acto de presencia por lo que un pequeño paseo de unos 4 km fue más que suficiente para ver lo esencial de ésta zona.











Durante nuestra caminata al Pico del Cielo vimos carteles de que éste era territorio de cabra montesas (Capra pyrenaica) sin embargo no pudimos verlas hasta que de repente y bajo sorpresa nuestra las encontramos en los acantilados de Maro a escasos metros del mar y así nos quedó claro que estas montañas no acaban hasta que tocan el agua.













Proseguimos nuestro paseo yendo por el GR hacia una pequeña cala que tenía una pinta increíble. Que pena que todavía quede tiempo para el calor y los bañitos en el mar!





Tras este paseo al fin dimos por concluido el día que fue muy intenso lleno sorpresas y buenos momentos. Eso sí esto era sólo el comienzo de los tres grandes días que pasamos en la Sierra de Tejeda-Almijara para el próximo día tocaba desplazarse a Canillas de Aceituno para hacer una ruta menos cañera pero igual o más bonita aún, así que no os lo perdáis que el reportaje está a punto de venir! Nos vemos en la próxima!

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